Aldo Giusappe Mantione es un cocinero galo que dejó París y llegó a Huaraz. Ahí no solo conoció la gastronomía peruana, sino también al amor de su vida
Huari (Áncash). Hace dos años vino al Perú pensando en quedarse por tan solo unos días. En su cabeza no cruzaba la idea de vivir aquí, ni mucho menos de abandonar su trabajo en la cocina del restaurante Fauchon de la Ciudad Luz para tener uno propio en las alturas de Áncash.
Aldo Giusappe Mantione pasó una semana en Lima y luego decidió ir a Huaraz a visitar a un amigo. Aquí, para su sorpresa, se encontró con un local de cocina franco-peruana: El Bistro de los Andes. No lo pensó dos veces para hablar con el dueño y ofrecerse a ser el chef a fin de aprender nuestra gastronomía.
“Mi gusto por la cocina nació desde que era pequeño. En casa siempre se comía bien porque aparte de ser francés tengo ascendencia italiana. Habían platos para todos los gustos. Para mí cocinar es una pasión y hacerle una cena a los amigos es un placer”, indicó a elcomercio.pe.
EL FLECHAZO
Durante los primeros meses se le hizo muy difícil adaptarse a los productos peruanos, sobre todo a las hierbas y ajíes. Los platos no le salían como él quería. A veces el sabor era muy suave y otras, muy fuerte. Sin embargo, terminó por acostumbrar su paladar al picor del rocoto y ají amarillo.
“Los sabores son muy diferentes aquí. Tienen más fuerza. La cocina francesa se caracteriza por la suavidad de sus ingredientes. Pero he descubierto productos como el huacatay, que es una maravilla”, añadió.
Después de dominar algunas técnicas peruanas en la cocina, Aldo tuvo que conquistar a Herlinda, su esposa, quien lo flechó desde que la conoció. Aunque, para ella no fue amor a primera vista y antes de enamorarse de él se quedó maravillada con su sazón.
“Siempre iba al restaurante y me llamó mucho la atención. Desde que la vi me gusto. En cambio, ella no me prestaba mucha atención al comienzo. Es más, me dijo que antes de enamorarse de mí lo había hecho de mi cocina”, contó.
LA BARAKA
Luego de casarse, Aldo y Herlinda decidieron mudarse a San Marcos, en la provincia de Huari, donde tenían unos terrenos que le fueron obsequiados por la familia de la novia. El chef francés gastó los ahorros que tenía y construyó su restaurante.
La cocina de La Baraka es sencilla y ofrece en su carta todo tipo de desayunos y una variedad de platos como lomo saltado con champiñones, lasaña, fetuccinis y pizza con ingredientes andinos.
Un ejemplo es el ‘trigotto’ con chancho y verduras, que presentó durante el festival Descubriendo Sabores, y que sorprendió a los asistentes.
“La idea me vino del risotto. Preparé esté plato con ingredientes como el trigo, leche, mantequilla, caldo de chancho, huacatay y un ají de la zona. Además, usé mis conocimientos en la cocina francesa e italiana para darle un estilo diferente”, explicó.
A pesar de la amplia diferencia entre París y San Marcos, el chef aseguró que prefiere la vida del campo, donde los ingredientes van directamente de la chacra a la olla, y donde aún existen muchos sabores que debe descubrir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario